“Registración y Registro”
Críticas a Criticón
Muchas veces he solicitado a mis lectores que me
señalen los defectos que encuentran en mis escritos. Me alegra
cuando me hacen llegar una crítica, pues al desnudar mis errores
me obligan a juzgar con mayor templanza los errores ajenos y,
además, a estudiar para poder superar esas fallas y no incurrir
nuevamente en ellas.
En el caso que hoy me ocupa un amigo benévolo1, que
había tenido la valentía de leer un trabajo que habíamos dedicado
a la publicidad registral, me solicitaba le explicara la causa
por la cual, para referirme al efecto que tiene el asentar datos
en un Registro, empleaba el vocablo “registración”, que no figura
en el Diccionario de la Real Academia, que utiliza simplemente
“registro”, cuando se trata de la acción propia del verbo
“registrar”2.
Resulta que, sin haberme detenido antes a meditar sobre
el problema, en mis escritos distinguía, casi inconscientemente
entre el “registro”, como lugar en el que se asientan los datos,
y la “registración” como la acción de asentar esos datos.
Acción y efecto
La observación3 que me formulara ese amigo me impulsó
a indagar como, a partir de un verbo con el que se caracteriza
2
4. Correo electrónico enviado el 19 de octubre de 2002 a Guillermo
Federico Campbell, en el que expresaba:
“ ... te envío el texto de la carta en que me refiero a la formación
de vocablos castellanos, por el agregado de un sufijo, a partir del infinitivo
de un verbo, para obtener el vocablo que significa “acción y efecto”
del mencionado verbo.”
una acción, se llega en nuestro idioma a dar un nombre a la
acción misma, y a los efectos propios de esa acción y ver que por
lo general ello se logra a partir del infinitivo del verbo, que
sin duda figura en el Diccionario, agregándole un sufijo para
obtener el vocablo que significa la “acción y efecto” del
mencionado verbo.
Debo confesar aquí que Criticón, además de los errores
que suele deslizar en sus notas, tiene varios otros defectos,
entre los que se cuentan una memoria deficiente, y un desorden
mayúsculo en sus archivos, y ello le impide en este momento dar
el nombre de la persona que le indicó el pequeño desliz que había
cometido con el empleo de la palabra “registración”, y encontrar
el texto íntegro de la respuesta que le remitió, procurando
justificar el uso de ese vocablo. Pero, las maravillas de la
técnica moderna que está reemplazando la antigua correspondencia
epistolar por los correos electrónicos, que quedan archivados en
el disco duro de una computadora, se encontró hace unas horas con
una copia parcial de esa misiva, enviada a un joven estudioso e
inquieto que asistía al Seminario de Derecho Comparado que se
dicta en la Academia Nacional de Derecho de Córdoba4.
Formación de vocablos
En esa carta, cuya fecha no fue registrada, y fue
enviada a un destinatario hoy desconocido, manifestaba:;
“ ... Lo que más me preocupó fue tu observación sobre
el vocablo "registración" como acción y efecto de registrar,
ya que como muy bien lo señalas no aparece ni en el
Diccionario de la Lengua, ni en otros diccionarios, que
3
sólo mencionan con ese significado a "registro".
El hecho me obligó a efectuar ayer una búsqueda
en la Gramática de la Lengua y recurrí a la vieja pero muy
completa edición de 1931 en cuyo Capítulo IX se trata "De
la formación de las palabras, y en primer lugar se ocupa de
la "derivación" que consiste en formar palabras nuevas,
generalmente por la vía de añadir un sufijo al radical de
un vocablo que tiene existencia independiente en la lengua
(ver p. 129).
Una de las formas de "derivación" es la que llama
"nominal" (Gramática..., N° 182, p. 131), y vemos allí que
hay varios sufijos empleados en castellano para dar forma
a sustantivos que tienen el significado de "acción y
efecto" correspondiente a un verbo.
Entre esos sufijos uno de los más empleados es
"mento" o "miento" (p. 141), pero también cumplen función
similar los sufijos "aje" (p. 132, donde se cita como
ejemplos a abordaje, almacenaje, embalaje, hospedaje,
etc.)., y también "ancia", o "anza" (p. 133, asonancia,
andancia, resonancia, y alabanza, enseñanza, etc.), y el
que nos preocupa: "ción", "ación" o "ición", que según la
Gramática sólo es empleado en verbos de la primera y
tercera conjugación (p. 135); otro sufijo empleado con este
fin es "dura" (p. 136, y se citan como ejemplos abarcadura,
bordadura, añadidura, hendidura, y yo agregaría singladura).
Por último, como otra variante para la formación
de vocablos que signifiquen "acción o efecto" encontramos
(aunque no lo he visto mencionado en la Gramática), el
apocopar la terminación de infinitivo, reduciéndola a
solamente una "o", como en "registro", del verbo registrar,
y "respeto", "rechazo", "reemplazo", "insulto", "trato",
etc., aunque es bueno advertir que en el caso del verbo
"tratar" tenemos dos vocablos derivados para denotar acción
4
y efecto: "trato" y "tratamiento".
Incluso he tomado el Diccionario y revisado las
primeras páginas y allí la primera voz que encontré con el
significado de acción y efecto, formada por derivación, es
"abajamiento". Se suceden luego, con terminación "miento":
abaldonamiento, abalizamiento, abanderamiento, abaratamiento,
abarcamiento (aunque en este caso también, y principalmente,
se admite abarcadura; más adelante puede verse que
ablandamiento tiene también, pero como forma anticuada,
ablandadura), y seguimos con abarquillamiento, abarraganamiento,
abarramiento, etc ...
A esta altura vemos que no figuran "abalanzamiento",
ni "abarrotamiento", que son vocablos bastante usados en
nuestro país, y creo que también en otros...
Con "aje", que es mucho menos frecuente, la primera
que encontré fue abordaje, y con "dura", abaleadura, aunque
allí también aparece -y por primera vez- la forma apocopada,
con abaleo, forma apocopada que luego encontramos en
abandono..
Con "ción", aunque no es tan frecuente, aparecen
muchas palabras, a partir de abdicación y aberración...
Del verbo "abismar" no encontramos en el Diccionario
ninguna derivación nominal, pero yo he escuchado emplear
"abismamiento" (no abismaje, ni abismadura, ni abismación,
porque no son eufónicos).
En resumen, para no extenderme más. Hay distintos
sufijos que cumplen una función similar; algunos son de uso
muy frecuente y están recogidos en el Diccionario; otros no
figuran, pero ello no constituye obstáculo para que en la
lengua viva se formen nuevas palabras por una vía similar,
e incluso que ello suceda a pesar de que había otra anteriormente
en uso.
En el caso que nos ocupa no miré el Diccionario
previamente, y como "registración" no resulta malsonante y
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5. He podido verificar después que “registración” se emplea también
en Uruguay (ver Diario El País, Montevideo, 10 de agosto de 2010), y en
Chile (ver en Internet Howa Santiago de Chile, 19 de julio de 2010), lo que
prueba el uso del vocablo en el lenguaje de los países del “Cono Sur” de
América
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